Parque de atracciones Tibidabo en Barcelona
En el año 1899 el farmacéutico Salvador Andreu promueve un proyecto de urbanización de la montaña del Tibidabo, planteando la creación de una línea de tranvía, un funicular y un parque de atracciones, constituyéndose a tal efecto el 20 de febrero de 1899 la Sociedad Anónima El Tibidabo cuyo consejo de administración lo componenen: presidente Rómulo Bosch; vicepresidente Francisco Simón y Font; directores: Salvador Andreu, Romá Macaya y Gibert, Antonio Roviralta; vocales: Antonio Gassol, Francisco Grau Barnola y Pedro Larrosa y Pitch.1
Las obras del tranvía y el funicular comienzan el 16 de junio de 1900, siendo inaugurados el 29 de octubre de 1901 por el Cardenal de Barcelona Salvador Casañas i Pagès el Tranvía Azul y el Funicular,2 pero no fue hasta 1905 cuando empezaron a funcionar las primeras atracciones, entre las cuales destacan los espejos, algunos telescopios y binoculares para observar la ciudad, los primeros autómatas, columpios, el tiro Flobert, juegos de bolos, una estación de palomas mensajeras... El negocio prosperaba y unas décadas más tarde llegaron el Carrousel, el Avión, el Ferrocarril Aéreo, la Atalaya, el Castillo Encantado y otras atracciones desaparecidas como el Teleférico, las Ollas Voladoras, el Tren Miniatura (réplica del primer ferrocarril Barcelona-Mataró) o la Casa de Sorpresas. Esta prosperidad se mantuvo hasta la aparición del coche SEAT 600, que debido a su popularidad provocó una caída en el número de visitas al parque.
Entrada la década de los 60, concretamente en el año 1987, el empresario Javier de la Rosa compra el parque y le añade un conjunto de innovaciones, entre las cuales destaca el cambio del nombre de la compañía gestora a Grand Tibidabo. En el año 1994 la empresa quiebra y en 2007 se acusa a Javier de la Rosa de delitos de apropiación indebida continuada y contra la hacienda pública.
Después de una larga crisis económica y de gestión, en el año 2000 los terrenos del parque se subastaron y pasaron a formar parte de la empresa Chupa Chups, pero el Ayuntamiento de Barcelona los adquirió por 1091 millones de pesetas (6 millones y medio de euros). Actualmente son gestionados por Parc d'Atraccions Tibidabo S.A. (PATSA), la cual no obtuvo beneficios netos hasta el ejercicio de 2006.
Después de esta compra el parque ha pasado por varios cambios importantes, como la reapertura del Camí del Cel, la instalación de nuevas atracciones (como el Péndulo, una nueva montaña rusa, el Miramiralls, el Edifici Cel...), la creación de un club de socios (el Tibiclub), la eliminación de barreras arquitectónicas y la renovación de la entrada principal, entre otras acciones.
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